Changed Life: Jessi Muir

20180730-1.jpg

by Jessi Muir
(Español debajo)

I first started hanging out with Christian Surfers when I was 17.

I lived in a small beach town on the East Coast of Australia, and every Sunday night my little sister would come home and tell me how 'cool' Christian Surfers was and that I should come along. I was so reluctant, being the egocentric 17-year-old that I was...I got to decide what was cool and what wasn't. It began with an invitation to a surf camp...in my mind, the opportunity to escape the house and go surfing somewhere new for a few days. I shut myself off to all the 'God-stuff' but God had a way of tapping into my heart through the people I met on that weekend away.

I hate to be cliché but the word authentic captures them pretty well. I had never met most of the people before but as soon as I left that surf camp, I couldn't wait to see them again. The weekly surfs and Bible studies became a place where I found true comfort and confidence in myself amongst a community of people who cared for me and believed in me. It blew my mind to attend my first National Gathering in 2013 and meet soooo many people who were like this...it was overwhelmingly good and I found myself desiring more and more to know God and to be more like the people who knew Him. For me, this looked like letting go of the worldly ways I was caught up in...parties, festivals, drinking and living for myself, and pursuing God's call for my life. It took a huge blow of losing one of my best mates to a shark attack only a few months after wanting to really pursue God and a walk down the wrong path into darkness for me to realise that God actually loves me and had a HUGE plan for my life.

In 2014 God called me into a year of Bible College alongside a Christian Surfers internship and I can honestly say it was one of the hardest years of my life. I was overcoming the grief of losing my friend and also traveling two hours up the coast every week for class. My theology was limited but my desire to know God more and to know His purpose for me kept me going. I remember one of my mentors saying to me before I started, "It doesn't matter if you don't finish the year, as long as you do your best," but every part of me knew that God hadn't called me to do my best, but He had called me to lay it all down and trust Him.

Which is what I did.

In June 2015, I felt the very clear voice of God tell me to move to Victoria, 18 hours away and 20 degrees colder than my comfortable little beach town, the only place I had ever called home. I had no idea why I was moving there, but I had so much faith in God that it seemed ridiculous to not go!

Since moving to Victoria, I can honestly say the last 2 and half years of my life have been nothing short of amazing. The places I've been, the people I've met, and the way God has loved could never have been planned or expected.

I recently stepped into the National Women's Coordinator role with Christian Surfers Australia, after years of love, patient, grace, wisdom, adventures and prayer from Jodene Watling (the first Women's Coordinator for CSA) who has hands-down been the biggest influence in my life since I met God.

My life changed at that first Christian Surfers camp I went on because it was then that I first experienced the love of God, and I now understand the abundant life given to us through Jesus Christ because I am living it.


Empecé a convivir con la banda de Christian Surfers cuando tenía 17 años.

Vivía en un pequeño pueblo en la Costa Este de Australia, y todos los domingos por la noche mi hermanita volvía a casa y me decía lo 'cool' que era Christian Surfers y que debía acompañarla. Siendo tan egocéntrica a mis 17 años, no quería ir... Yo quería decidir qué era 'cool' y qué no. Pero todo empezó con una invitación a un campamento de surf ... en mi mente, ví la oportunidad de escapar de la casa e ir a surfear en algún lugar nuevo durante unos días. Me distancié de todas las 'cosas de Dios' pero Dios tocó mi corazón a través de la gente que conocí en ese fin de semana.

Odio ser un cliché, pero la palabra 'auténticos' los describe bastante bien. Nunca antes había conocido a estas personas, pero tan pronto como se terminó el campamento, no podía esperar para verlos de nuevo. Los viajes de surf semanales y los estudios bíblicos se convirtieron en un lugar donde me sentí cómoda conmigo misma y creció mi confianza en mí misma, en esta comunidad de personas que se preocupaban por mí y creían en mí. Me impactó mucho el asistir a mi primer Encuentro Nacional en 2013 y conocer a muchas personas que eran así ... fue abrumadoramente bueno y me encontré deseando conocer a Dios más y más, y ser más como las personas que lo conocian. Para mí, esto incluia dejar a un lado las cosas del mundo en las que me encontraba atrapada ... fiestas, festivales, beber y vivir para mí, para seguir el llamado de Dios en mi vida. Fue un gran golpe perder a uno de mis mejores compañeros en un ataque de tiburones unos pocos meses después de querer realmente seguir a Dios, y después de caminar por el camino equivocado hacia la oscuridad durante un tiempo, me di cuenta de que Dios realmente me ama y tiene un GRAN plan para mi vida.

En 2014, Dios me llamó a un año de estudios bíblicos junto con un internado de Christian Surfers, y honestamente puedo decir que fue uno de los años más difíciles de mi vida. Estaba intentando superar el dolor de haber perdido mi amigo y viajaba dos horas cada semana para seguir estudiando. Mi teología era limitada, pero mi deseo de conocer más de Dios y conocer su propósito para mí me ayudó a seguir adelante. Recuerdo que uno de mis mentores me dijo antes de comenzar: "No importa si no terminas el año, siempre que hagas lo mejor que puedas", pero yo sabía que Dios no me había llamado ha hacer lo mejor que pudiera, pero me había llamado a dejar todo y confiar en él.

Y eso fue lo que hice.

En junio del 2015, sentí la voz de Dios muy claramente que me decía que me mudara a Victoria, un estado a 18 horas de distancia y 20 grados más fresco que mi pequeño y confortable pueblo costero, el único lugar al que había llamado mi hogar. No tenía idea de por qué me mudaba allí, ¡pero tenía tanta fe en Dios que me parecía ridículo no ir!

Desde que me mudé a Victoria, honestamente puedo decir que los últimos 2 años y medio de mi vida han sido increíbles. Jamás hubiera esperado o planeado los lugares en los que he estado, las personas que he conocido y la forma en que Dios me ha amado.

Recientemente empecé a trabajar como Coordinadora Nacional de Mujeres con Christian Surfers Australia, después de años de amor, paciencia, gracia, sabiduría, aventuras y oración por parte de Jodene Watling (la primera Coordinadora de Mujeres para CSA) que ha sido sin duda la mayor influencia en mi vida desde que conocí a Dios.

Mi vida cambió en el primer campamento de Christian Surfers al que fui, porque fue entonces que experimenté por primera vez el amor de Dios, y ahora entiendo la vida abundante que se nos da a través de Jesucristo, porque la estoy viviendo.